Regalar en Igualdad
Escrito por: Ana Maillo
Otro año más, llega la fecha más esperada para niñas y niños, la Navidad. Luces, decoración y, sobre todo, regalos. También, otro año más, aparece en televisión, catálogos, revistas, jugueterías, etc. publicidad sexista y discriminatoria que incide en los roles de género tradicionales.
Con el juego y los juguetes se construyen conductas, creencias, valores, expectativas y necesidades, por ello es tan necesario aprovechar estas fechas para fomentar valores como la igualdad.
Desde antes de nacer, niños y niñas son etiquetados por su género y esto les marcará para el resto de su vida. Hombres y mujeres son diferentes biológicamente, tienen cuerpos, órganos, y hormonas distintas; pero todo ello no debería implicar que tengan capacidades y oportunidades desiguales. Los bebés recién nacidos son prácticamente iguales: lloran, comen, duermen y hacen sus necesidades; da igual si son niños o niñas. A pesar de ello, desde la cuna los bebés reciben estímulos constantes de lo que la sociedad espera de ellos y suelen recibir regalos acordes con estas expectativas. Las niñas deben ser delicadas, guapas, cuidadoras. Incluso se le hacen agujeros en las orejas para distinguirlas y mostrarles desde pequeñas lo importante que es su físico. Los niños deben ser fuertes, enérgicos, exploradores. A ellas se les regala cocinitas, muñecas o incluso maquillaje. A ellos se les regala coches, superhéroes o juegos de construcciones. Con ello se fomentan estereotipos de género, se limita su imaginación, se silencian otros aspectos que quizás el niño o la niña ya no puedan desarrollar y, en gran parte, se determina cuáles son las funciones que los menores podrán realizar en un futuro.
El estudio Publicidad y campañas navideñas de juguetes: ¿Promoción o ruptura de estereotipos y roles de género?, realizado por el Instituto de la Mujer, ha demostrado que casi el 70% de los anuncios de juguetes que se emiten en televisión muestran a las niñas como coquetas (23,4 %), cuidadoras (19,6 %), madres o esposas (15,9 %) o princesitas (9,6 %), mientras que solo un 9% representan a los niños en un rol de cuidador, y solo un 3,7 % en los que ellas son heroínas o guerreras. Además, el 34 % de anuncios de peluquería y estética están vinculados a ellas.
Sin embargo, los anuncios presentan a los niños como guerreros (33,3 %), héroes (22,2 %) y aventureros (15,6 %). Además, se sigue excluyendo a ellas de la ciencia y tecnología: en seis de cada diez anuncios de juguetes orientados a las niñas no aparecen soportes electrónicos ni mecánicos, frente al 26 % en el caso de ellos.
Los regalos de los niños estimulan el intelecto y la creatividad; en el caso de ellas, las tareas de cuidado, el hogar y la preocupación por la apariencia. El juego y los juguetes condicionan la forma de ser que tendrán los pequeños en el futuro, los adultos en los que se convertirán. Las expectativas sobre su futuro profesional, por tanto, ya están sesgadas desde la infancia.
Esto provoca que las niñas, desde los seis años, se consideren menos “brillantes” que los niños de su misma edad, según una investigación de las universidades de Nueva York, Illinois y Princeton publicada en la revista Science. Estas ideas preconcebidas tienen un impacto sobre las aspiraciones profesionales, pueden afectar no sólo en la elección de una carrera universitaria sino también en el desarrollo de la carrera profesional de las mujeres, que se autolimitan en el acceso a puestos directivos y de responsabilidad.
Es necesario concienciar y educar en igualdad, respeto y tolerancia, para prevenir el machismo y la violencia de los futuros adultos. Detener la perpetuación de los roles de género depende mucho de nuestras decisiones. Elegir juguetes que no condicionen las oportunidades de los adultos del futuro por el solo hecho de haber nacido niños o niñas es un buen ejemplo de ello.